Un tranvía llamado rinoceronte

BERENGER: Discúlpame. ¿Hace mucho que me esperas?
BLANCHE: ¿Cómo podría hacerlo?
BERENGER: ¿Qué vas a beber?
BLANCHE: Perdóneme, pero me estoy cayendo. ¡Me siento tan cansada!
BERENGER: Me duele un poco el cabello…
BLANCHE: Tengo que dominarme.
BERENGER: ¡Oh!, la voluntad, no todo el mundo tiene la tuya. Yo no me acostumbro. No,
no me acostumbro a la vida.
BLANCHE: No has dicho una sola palabra sobre mi aspecto.
BERENGER. Bueno, de acuerdo. Un rinoceronte en libertad es algo que no está bien.
BLANCHE: Cuando era muchacha, provoqué cierta admiración.
BERENGER: Vivir es una cosa anormal.
BLANCHE: Usted es sencillo, franco y honrado. Un poco primitivo, diría yo.
BERENGER: ¿Qué podría hacer?
BLANCHE: Bueno, pongamos las cartas sobre la mesa. Eso me conviene.
BERENGER: ¿Dónde encuentro las armas?
BLANCHE: Todo lo que tengo en el mundo está en ese baúl.
BERENGER: ¿Pero quieres venir conmigo esta noche al teatro?
BLANCHE: Eso parece romántico.

Eugéne Ionesco. Rinoceronte

Tennessee Williams. Un tranvía llmado deseo

Esperando a Godot, de repente, el último verano

DOCTOR: ¿Es una planta insectívora, no?
ESTRAGON: ¿Tú crees?
DOCTOR: Da la impresión de ser una selva muy cuidada…
ESTRAGON: Es un foso.
DOCTOR: ¿De qué se ocupaba, aparte de este jardín?
ESTRAGON: Basta. Ayúdame a quitarme esa porquería.
DOCTOR: Comprendo.
ESTRAGON: Qué quieres que te diga, siempre esperas al último momento.
DOCTOR: En el Tíbet, los Himalaya…
ESTRAGON: ¿Qué?
DOCTOR: ¿Podría ver una foto de él?
ESTRAGON: ¿Del infierno?
DOCTOR: No creo que tenga fósforos.
ESTRAGON: Me asustaste.
DOCTOR: Discúlpeme usted.
ESTRAGON: Es inútil esforzarse.
DOCTOR: ¿Su vida no le parece real?
ESTRAGON (con vivacidad): No somos del lugar, señor.
DOCTOR (prepara aguja): Sáquese el saco, por favor. (Lo hace. Se la da)
ESTRAGON: Perdón, señor, los huesos, ¿los quiere?
DOCTOR: Toda su resistencia.
ESTRAGON: ¡Ah, ahora me siento mejor! (Tira los huesos)

Tennessee Williams. De repente, el último verano

Samuel Beckett. Esperando a Godot